miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un rotundo no


Hoy toca contar una historia de la que tal vez no esté muy orgulloso. Nuevamente el protagonista soy yo, pero no yo ahora, sino un pequeño niño de 10 años, creo. Estaba en 4to de primaria (¿10 años?Un año genial, recuerda que hasta 1ro de secundaria recordaba: "todo debería ser como en 4to, ese fue un gran año". Quizá lo fue por los trabajos tan divertidos que nos dejaban los profesores como imaginar que nos quedamos de náufragos en una isla con un grupo de amigos, todo era imaginación y kamehamehas, también hay que recordar que era la época del álbum de figuritas de pókemon el cual era genial.

En este ilustre año los recreos destacaron sobre todos los recreos que he tenido en mi vida. Con la imaginación de un grupo de niños de 10 años que se rehusaban a jugar fútbol creamos algunos juegos buenísimos. Entre ellos destacaban el que teníamos que salvar a alguien de un alien que lo jalaba desde debajo del tobogán. A pesar de contar con un arsenal de juegos creativos no se podían olvidar los clásicos: chapadas, policías y ladrones, 7 pecados, pinta nosecuántos....y cláro, escondidas.

En este último es donde ocurre la perversión infantil, lo cual suena mucho peor de lo que es en verdad..... Me tocaba esconderme y comencé a correr cuando de la nada una chica de mi clase me dice: "Me gustas mucho, ¿Quieres estar conmigo?"....Pobre chica, en ese entonces era muy fea y yo muy superficial, sólo opté por decirle con cara de indignación : " ¡No! Tu eres horrible", y corrí a esconderme.

Hasta el día de hoy pienso en ella y cada vez que una chica me ha dicho no he mirado al cielo y pensado:"maldito karma...."

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