domingo, 9 de noviembre de 2008

Cosas que no se pisan...

Cuando mi casa estaba recién remodelada mi madre era una de esas personas que quería mantenerla impecablemente. Tanto que solo dejaba que la gente entre a su sala en medias, ya que no quería que le rayen su piso con los zapatos. Un día, cuando yo llegue a mi casa con mi enamorado le pedí que por favor se saque los zapatos porque mi madre había puesto eso como regla para poder pisar su sala. Cuando entramos nos dimos con la sorpresa de que mis perros se habían quedado encerrados en esta y con muchas ganas de orinar. Lo primero que hicieron fue ir a saludar a mi enamorado, lo cual no fue tan grato ya que, parece que no aguantaron la emoción y se les escapo un poco de pichi en cima de los pantalones de mí enamorado. Pero no quedo ahí todo. Le dije que se fuera a limpiarse al baño y camino al baño había un charco de orín. No se dio cuenta y lo pisó, así que todas sus medias se llenaron de pichi. Me empecé a matar de la risa. Pero luego me dio remordimiento ya que tuvo que irse a su casa en ese instante porque estaba todo meado por mis perros.
Moraleja: No andar en medias en un lugar donde ha habido perros encerrados y con muchas ganas de hacer sus necesidades.

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